Justo en medio de la calle hay varios objetos dispersos: biromes rotas, botones, fragmentos de tela, cartones y, en medio, un cuaderno de calificaciones escolar.
El viento pasa las páginas del cuaderno. Me quedo mirándolo por un momento, tomando fotografías sin tocar nada (como si no quisiera contaminar la escena), sin pasar las páginas, leyendo sólo lo que el viento me permite leer.
Están terminando las vacaciones de verano. ¿Cómo llegaron ahí tantos restos de útiles escolares? ¿Hace cuánto tiempo están acá, siendo aplastados por los autos que esporádicamente doblan en esta callecita de tierra?
Me doy cuenta que algunos vecinos del lugar me están mirando. Continúo mi recorrido.